Sin embargo esta nunca seri­a la uacute;nica explicacioacute;n para la tremenda asimetriacute;a que separa la prostitucioacute;n sobre la avenida asi­ como la de lujo, praacute;cticamente exenta de estas garras de la justicia.

Ejercitar el trato al abrigo de miradas curiosas, resguardarse en barrios que gozan de privilegios jurisdiccionales, Canjear constantemente de domicilio o poseer una selecta red sobre relaciones sociales, son elementos que contribuyen de minimizar el golpe sobre la justicia en las tareas clandestinas de las cortesanas. Pero seri­a indudable que la justicia usa 2 pesos y 2 medidas. Asiacute; igual que tendiacute;a a ser condescendiente con la prostitucioacute;n desarrollada en la mancebiacute;a, pobre control asi­ como apartada, toleraba las tareas de estas damas cortesanas que guardaban los requisitos, en otras palabras, que se registraran, declarando sustantivo, perduracion, procedencia y que solicitaran licencia sobre los alcaldes, otorgada con la condicioacute;n sobre residir, como en el caso de las mancebiacute;as, en porciones alejadas por motivo de que

“de estas chicas sobre mala vida, que llaman damas cortesanas, alojadas en las calles principales . y con libertad sobre vivir a donde desean, se han seguido y continuan bastante desmedidos inconvenientes, por motivo de que de maacute;s del mal exponente que dan a las personas honrada que las posee por vecinas, desplazandolo hacia el pelo de acontecer ocasioacute;n que an exponente suyo sean malas otras hembras que no lo fueran si no las tuvieran tan cercano, las ruidos y pendencias que Tenemos por su causa son bastantes y la neutralidad nunca las puede tener manualmente para visitarlas, (y tampoco los cirujanos) . y las rufianes.. andan solapados dentro de ellas, falto temor“.

Consiguiendo en pensamiento dichos inconvenientes, y igual que objetivo principal aplacar las protestas “se redimiraacute; los consumidores hornada que las tiene por vecinas sobre la vejacioacute;n que padece, sobre que Tenemos sobre ordinario demasiadas quejas de usuarios que piden las echen sobre su vecindad“ (AHN, Consejos, SACC, 1617, fol 135, 470).

El control, no obstante, se atenuaba cuando se trataba de estas tusonas “que no podri­an tener barrios sentilde;alados. por entrar en sus casas usuarios de maacute;s consideracioacute;n, desplazandolo hacia el pelo por motivo de que las visitas que poseen nunca son con tanta propaganda desplazandolo hacia el pelo escaacute;ndalo“ (AHN, Consejos, SACC, 1639, fol. 73).

Tambieacute;n se les prohibioacute; el aprovechamiento sobre sedas y no ha transpirado galas desplazandolo hacia el pelo correr en auto, mientras que se les autorizoacute; el sobre guardainfantes asi­ como jubones escotados, prohibidos a hembras honradas, con el Cristalino propoacute;sito sobre decir visualmente una distincioacute;n social basada en valores morales, de generar dos planos antagoacute;nicos, excluyendo del ambiente de las decentes a las que nunca lo eran desplazandolo hacia el pelo de colocar sobre relieve el caraacute;cter comercial sobre este trato.

Pero, su proceder puacute;blico era difiacute;cilmente distinguible del de las damas virtuosas sobre la alta humanidad. Son las apariencias el salvoconducto para su impunidad.

Y seri­a precisamente por este fundamento que los escritores, desplazandolo hacia el pelo muy especialmente las moralistas, se empentilde;an en divulgar lo que se oculta despues de tan casta imagen.

La misma asimetriacute;a practicada por la neutralidad dentro de las diversos tipos sobre prostitucioacute;n se observa en las escritos literarios de la eacute;poca: ninguna mencioacute;n a las prostitutas sobre la calle junto a la desmesurada atencioacute;n a las praacute;cticas de estas cortesanas.

Las moralistas, portavoces de la ideologiacute;a publico, construyen una base teoacute;rica referente a la que demostrar las medidas reformistas, obedeciendo a dos objetivos principales: moralizar las costumbres y maacute;s concretamente, preservar la institucioacute;n familiar dentro sobre un modelo social estamental y sobre la relacioacute;n sobre geacute;neros jeraacute;rquica, asi­ como esto les lleva a condenar las relaciones iliacute;citas que ponen ambos en riesgo. Con sus escritos pretenden instruir a las incautos para nunca perderse en el laberiacute;ntico y no ha transpirado depravado submundo madrilentilde;o y, principalmente, denunciar los artificios de las cortesanas: “para descubrir la codicia, cuyo rostro espantoso encubre, como ellas dicen, la capa de la galanteriacute;a, seri­a forzoso implicar la disparidad de sus genios desplazandolo hacia el pelo la disparidad de las riesgos“ (REMIRO sobre NAVARRA, 1951). Las tentaciones son muacute;ltiples, y no ha transpirado nunca continuamente evidentes. Las joacute;venes recieacute;n llegados se entregan con avidez a las gozos sobre la noche carente medir las consecuencias, desplazandolo hacia el pelo con esta disposicioacute;n, son faacute;cilmente seducidos por las formas sinuosas, indirectas, elegantes, sofisticadas de estas cortesanas. Su presencia recatada y la aureola de enigma que rodea las apariciones realiza necesario el cortejo -intercambio sobre billetes y no ha transpirado presentes, serenatas. El cortejo servia de aclarar las bases de la relacioacute;n, las derechos desplazandolo hacia el pelo exigencias de estas zonas. La cortesana no atrae sin intermediarios a los hombres, sino que se deja conquistar paulatinamente entretanto incrementa el anhelo del pretendiente de Adquirir su en apariencia inasequible objetivo. Cuando maacute;s esquiva, de mi?s grande seri­a la alternativa sobre cobrar altos honorarios. Al dificultar el acceso masculino, regresar a establecer un tratamiento maacute;s intimo goza de, para los hombres, el paladar de la conquista. En estas circunstancias, CГіmo funciona el quiver el galanteo adquiere Con El Fin De las joacute;venes romeos el caraacute;cter de una inversioacute;n que deberaacute; ser amortizada con una relacioacute;n prolongada desplazandolo hacia el pelo exclusiva. Reproduciendo los deberes sobre un marido, principalmente el sustento, pretenden recrearse sobre sus derechos. Este seri­a el riesgo supremo que los escritores detectan en las tareas de las cortesanas: a diferencia sobre lo que acontece con una relacioacute;n callejera, esporaacute;dica, impersonal, raacute;pida, directa, el aspecto comercial que subyace an esta clase sobre uso, al efectuarse indirectamente, queda oculto. Las joacute;venes corren el peligro de enterrar la verdadera natura sobre estas transacciones carnales, entregaacute;ndose an una relacioacute;n apasionada asi­ como desmedida. Atrapados, destruiraacute;n sus hogares, abandonaraacute;n chicas e hijos, perderaacute;n su hacienda asi­ como fama. Atravesando las barreras de una mera diversioacute;n, las cortesanas amenazan subvertir el equilibrio social minando las pilares baacute;sicos en que eacute;ste se asienta: ralea, virtud, prestigio.